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sábado, 10 de agosto de 2013

LA EDAD DE ORO, DE JOHN C. WRIGHT (I)



Introducción: Una edad de oro de la ciencia ficción


A lo largo de la historia de la humanidad se han sucedido diversas edades de oro, tiempos en los que una civilización o cultura ha llegado a su máximo apogeo dejando tras de sí un gran legado. El género que nos ocupa también ha vivido más de una época dorada, si bien es justo que reservemos el nombre de Edad de Oro, con reverencia, a los años fundacionales del género tal como lo conocemos hoy en día. En este sentido, en las últimas décadas hemos vivido un período muy fructífero y fértil de la ciencia ficción, y creo que la novela que trataremos aquí se puede considerar uno de sus máximos exponentes.



Anticipación informática


Ciencia y ficción interaccionan. A simple vista, uno puede pensar que género que nos ocupa simplemente predice los avances científicos y tecnológicos, pero con frecuencia funciona al revés: un descubrimiento científico o la aparición de una tecnología puede abrir una puerta a un terreno inexplorado anteriormente, proporcionando nuevos temas y argumentos. De esta manera, una vez la (tecno)ciencia ha establecido una base la ficción es libre para volar a donde ningún hombre ha llegado jamás...


Amazing Stories, June 1963 Vol.37 Núm. 6
Acercándonos a la reseña que nos ocupa, un ejemplo que ilustra lo anterior es cómo ha sido tratada la computación y lo que hoy en día llamamos tecnologías de la información. Ciertamente, desde sus inicios la ciencia ficción ha imaginado máquinas pensantes. Sin embargo esta concepción ha variado, se ha definido y perfilado; es decir, ha evolucionado a medida que se suceden los avances científicos y tecnológicos. Paralelamente ha incrementado su peso argumental conforme históricamente nos vamos acercando a lo que se ha denominado sociedad de la información (también llamada sociedad del conocimiento, pero a mi me da que es demasiado pretencioso: lo que veremos en esta novela sí que es sociedad del conocimiento). Recordemos, por ejemplo, acorde con the state of the art del momento, que hasta los años setenta predomina la visión de un único ordenador central de gran tamaño. Al respecto, podéis consultar esta interesante lista que he encontrado en la wiki, sobre el tratamiento de computación a lo largo de la historia del género.


La cosa cambia a partir de los ochenta. En la década anterior se estaba gestando un novum muy poderoso que lo arrasaría todo: Internet y el auge de las tecnologías de la información. En el terreno literario tendremos que esperar al año 1984 para ver reflejado este cambio: me refiero a la aparición de la obra Neuromante de William Gibson y el nacimiento del género ciberpunk. En su momento se dijo que la reacción fue tardía: es cierto, los elementos ya estaban ahí desde hacía años. Como vemos en este caso los avances tecnocientíficos y su repercusión social fueron antes que su reflejo en la ciencia ficción, tanto en el terreno literario como en otras expresiones artísticas (el cine fue un poco más rápido: las películas TRON y Juegos de guerra datan de 1982 y 1983 respectivamente).


Sin embargo el género rápidamente se puso las pilas, apareciendo una nueva generación de escritores, como el propio Gibson o Bruce Sterling, y algunos veteranos que no tuvieron inconveniente de apuntarse al carro, imaginando -anticipando- las posibilidades del nuevo paradigma en todo su potencial. Se había creado un terreno fértil, inexplorado en gran parte por aquel entonces, que ha proporcionado -y sigue haciéndolo- excelentes obras.


De los temas clásicos, espacio, contacto extraterrestre, viajes en el tiempo, etc. se añade uno nuevo al que podríamos denominar, si se me permite, anticipación informática; es decir, basado principalmente en especulaciones de sobre las tecnologías de la información y su repercusión en la sociedad. ¿Es un tema realmente nuevo? Ya hemos visto que no, sin embargo los nuevos conocimientos le han dado un nuevo sentido al objeto tratado. Además, paralelamente se alcanza un punto de madurez del género nunca visto, en el que se asume una complejidad creciente del mundo en que nos rodea, por lo que muchas obras de ciencia ficción trabajan sobre un terreno multidisciplinario.



La novela


A principios del nuevo siglo, concretamente el año 2002 se publica La edad de oro. La novela consigue sorprender con un planteamiento intenso, muy complejo. Junto con sus secuelas Fénix exultante y La trascendencia dorada, recibe excelentes críticas. Un trabajo realmente impresionante, más tratándose de una primera obra.


Por otra parte la reciente publicación de la muy recomendable El ladrón cuántico de Hannu Rajaniemi, novela que como reconoce el propio autor está en deuda con la que nos ocupa, hace que este sea un buen momento para recordarla.


La novela se editó en España en el año 2004 por lo que es posible que muchos de vosotros la conozcáis. Sin embargo, me gustaría aportar el punto de vista que expondré en la continuación de esta entrada. Sin duda la novela lo merece.





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